sábado, 11 de diciembre de 2010

PEDAGOGÍA DE LA VIRGEN MESTIZA



Hoy es obligado hablar
DE LA VIRGEN DE GUADALUPE Y LA MEJOR MANERA ME HA PARECIDO COPIAR ESTE ARTÍCULO DE UNA FUENTE MEJICANA: YO INFLUYO.COM



 DEDICADO  ESPECIALMENTE A QUIEN YA SABE, FELICITANDO Y ENCOMENDANDO, EN ESTE DÍA, ASUS DOS GUADALUPES.

MUCHAS FELICIDADES A TODAS LAS GUADALUPES Y A TODOS LOS MEJICANOS


LA  PEDAGOGÍA DE LA VIRGEN MESTIZA

Tierras mexicanas atestiguaron un milagro, el más grande que ha acaecido en nuestro territorio, el cual rebasa nuestro entendimiento pero se instala en nuestra alma. Ello a pesar de que desde aquel año de 1531 diversas voces antagónicas se han alzado en contra de la figura de la Guadalupana.


Lo cierto es que para la Iglesia Católica el milagro es auténtico, y no sólo eso, sino que María de Guadalupe es un ejemplo de pedagogía. ¿Por qué? Porque muestra cómo se educa a un pueblo a partir de su cultura. No en balde, el mismo Juan Pablo II calificaba el suceso como un modelo de inculturación perfecto, gracias a una imagen contundente: aquella que amalgama a la Virgen-Madre.




El Pontífice la definió como la gran defensora de la vida humana al tratarse de una imagen de la Virgen encinta. Fue gracias a ella que muchos indígenas convertidos dejaron de ofrecer sacrificios a sus dioses, respetando y honrando la dignidad de la existencia humana.


Pero aún más allá de su simbología, la Virgen mestiza es un ejemplo claro de pedagogía, de catequesis, ya que provocó un encuentro –entre lo celestial y lo terreno, entre Dios y el hombre, y entre españoles e indígenas–, estableció un diálogo franco y sencillo utilizando las referencias y el lenguaje –náhuatl– que los mexicanos de entonces comprendieron.


Incitó a Juan Diego a superarse, a alcanzar su objetivo aun cuando no se sentía digno de la encomienda; y lo convirtió evangelizador del mismo Obispo de la Ciudad de México así como de sus hermanos, a quienes dedicó el resto de sus días.

Además, su imagen es una señal más de la alianza de Dios con su pueblo; es una especie de libro abierto en la que cada detalle tiene un significado único y trascendente; un mensaje encarnado en la cultura indígena.
¿Cómo podemos cuestionarnos que su aparición haya unido a españoles e indígenas y haya provocado copiosas conversiones, si ella misma es una catequesis, una evangelización viviente?
¿Cómo podemos dudar, si prominentes científicos se han asombrado ante la imagen de la Virgen Morena, si se sabe que no fue pintada por mano humana, si la pintura se entrelaza con las fibras de la tilma de forma sobrenatural? ¿Si sus colores y estado no se han desgastado con el paso del tiempo? ¿Si las estrellas de su manto son las constelaciones que enmarcaban el Cielo el día de la aparición?



UNA IMAGEN DICE MÁS QUE MIL PALABRAS
 

De acuerdo con el sitio web de la Basílica de Santa María de Guadalupe, "los expertos coinciden en que la Virgen de Guadalupe quiso mostrarse a los antiguos pueblos indígenas con un atuendo lleno de símbolos (a manera de códice) que los habitantes de estas tierras pudieron entender fácilmente".

Entre algunos de los símbolos más importantes se encuentran:


Estatura: la virgen mide 143 centímetros y representa a una joven entre los 18 y 20 años; de ahí que Juan Diego la llamara "Niña".
Rostro: es moreno –mexicano–, ovalado y su actitud es de profunda oración. Además su semblante refleja amor y ternura, pero también fortaleza.
Manos: el hecho de que estén juntas es una señal de recogimiento y oración. Se cree que podrían simbolizar la unión de razas –el mestizaje–, ya que la derecha es más blanca y estilizada, mientras que la izquierda es morena y más llena.
Cabello suelto: para los aztecas significaba que era una mujer glorificada, pero con un hijo en el vientre; es decir, la Virgen-Madre. De hecho, la forma aumentada del abdomen manifiesta su estado de gravidez.
Flor de cuatro pétalos: es el más grande símbolo náhuatl, ya que representa la plenitud, la presencia de Dios, el centro del tiempo y el espacio. Lo más maravilloso de todo es que la imagen presenta a la doncella como la misma Madre de Dios, ya que la flor se ubica en el lugar en donde yace Jesús: en su vientre.


Sería bueno que ante la magnitud del milagro que ocurrió en nuestras tierras hiciéramos propias las palabras que la Virgencita del Tepeyac dijo a Juan Diego aquél día de diciembre:

"Oye, hijo mío, el más pequeño, ten entendido que son muchos mis servidores y mensajeros, a quienes puedo encargar que lleven mi mensaje y hagan mi voluntad; pero es de todo punto preciso que tú mismo solicites y ayudes y que con tu mediación se cumpla mi voluntad".


¿Seremos igual de humildes que Juan Diego para obedecer su mandato?



2 comentarios:

ARCENDO dijo...

Yo si quiero ser así.., así de pequeño, así de humilde, lo que pasa es que a veces no llego a esa ALTURA. A la Madre guadalupana, se lo pido que me haga así. Gracias por este post. Besiños.
Off top. En mi último vídeo de hoy, hay algo para tí

icue dijo...

Tu siempre igual de oportuna, hoy dia de la Virgen de Guadalupe nos endulzas el dia con esta magnifica entrada, gracias por lo que nos ayudas a todos
Un cariñoso abrazo.

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