Tengo que confesar una debilidad, ya que dentro de dos días iniciamos nuestro verano en NORAY, campo medio remoto donde conectarse no siempre está al alcance de mi USB, me he decidido a revelar en este momento alguna de mis costumbres que espero no defraude demasiado.
Después de las comidas, como cada uno de los cuatro que normalmente formamos el hogar actual, con excepción de celebraciones o añadidos, busca su acomodo para reposar los alimentos, la que suscribe suele hacerlo en la butaca más añeja de la casa, por cierto susceptible ya de jubilar, a lo que no me decido por miedo a no encontrar otra tan amorosa. Lo cierto es que, entre cabezada y cabezada, pongo la Tele para entretener a Morfeo. Hace ya más de un año, exactamente fue en Febrero cuando nació mi Paula y pasaba con ella esas horitas cansinas para que su mamá reposara, comencé a ver la serie de Antena 3 emitida a esa hora y que lleva por título BANDOLERA.
No voy a negar que me entretenía bastante, aunque es cierto que contenía elementos muy contradictorios, ya que los bandoleros de la serranía andaluza, fuera de la Ley, eran angelitos que con sus asaltos se dedicaban a hacer el bien, simpáticos, muy simpáticos y más cuando, pasados bastantes capítulos, una señorita de pudientes, para más señas inglesa, se hace cargo de la banda. Por otro lado el Capitán que mandaba el cuartelillo de la Guardia Civil, era un corrupto, ladron, asesino y odioso donde los haya, El cura muy querido por el pueblo un tanto borrachín, aunque muy procupado por su feliglesía. ¿Qué cosas? Ahora que lo estoy contando me doy cuenta de lo poco recomendable que parece, el caso es que entretenía y casi nunca me la perdía...
Pasado todo este tiempo, la serie ha ido evolucionando a peor, más y más. Han desaparecido la mayoría de los personajes principales y aparecido otros muy pocos recomendables, hasta el punto de que he tenido que elegir entra una buena digestión y la serie. Por eso antes de mis trabajos veraniegos (lease vacaciones) quiero dejar mi protesta a la cadena Antena 3 aquí en en mi blog, después de dirigirme directamente a los responsables de la misma.
PROTESTO
Y protesto por el rumbo que están dando a la Bandolera, que ya resulta vomitiva. Vaya por delante mi respeto a toda persona que se sienta ofendida con mi crítica, que por otro lado, me veo obligada a publicar porque la bazofia que se intenta verter sobre la Guardia Civil no es de recibo. Lógicamente se me puede alegar que somos libres de apagar o encender el botoncito rojo o darle al mando, como ya lo he hecho, pero no quiero callar y sí hacer pública la manipulación que están llevando a cabo, introduciendo el elemento homosexual. Por supuesto que los homosexuales son dignos de respeto cuando se portan con dignidad, como el resto de los mortales, tampoco tienen por qué ser los peores del mundo, pero de ahí a querer presentarlos siempre como los únicos buenos, educados, honrados y sensibles de la película va un trecho muy grande.
El tema es que una vez destronado el Capitan de los Migueletes por sus crimenes, toma posesión del cargo un joven guapo, agradable, valiente y recto donde los haya, ¡menos mal! dijimos los espectadores, pero hete aquí, que al poco de aparecer, tras algunos escrúpulos por ser Capitán de la Guardia Civil, empieza a mostrar su condición homosexual, lo que no tendría mayor importancia si no se liase con el hijo del cacique del pueblo de rango abolengo, persona encantadora recien casada con una guapa dama a la que se la ha estafado con un matrimonio que no puede ser consumado.
No quiero entrar en detalles, aunque no hay capítulo, desde hace unos días, donde no den rienda suelta a su fogosidad con besos y achuchones, sin llegar a más de momento y sin despojarse del glorioso uniforme de la Benemérita, lo que hace el momento más indignante.
A todas luces se revela que la audiencia estaba decayendo y se han visto obligados a echarle morbo a la serie para quien guste de estos desmanes, conmigo ya no cuentan desde hace algunos días, supongo que les ha de traer al pairo, pero tenía que decirlo.
Perdonarme amigos si os he decepcionado con esta debilidad siestera.
Os deseo un felicísimo verano, aunque no me despido del todo porque espero tener la suerte de conectarme, con permiso de los nietos y de Movistar