LLUVIA
Cuánta lluvia no querida
alberga este cuerpo algo vencido.
Naufragio a duras penas, asumido
en la mitad de mi vida, acontecido.
Lluvia que hoy me aletarga
me hacer sentir enfermo postergado,
con la tentación de las
esperanzas fatigadas.
Pero sé que no hay dolor imperturbable
que esta lluvia anegue.
Lo que hay que aprender revela,
en humilde reciedumbre,
que sobre toda incertidumbre
se recuerda que es Dios el que ordena.
Madre mía querida, ¡dueña mía, Señora mía, mi Virgencita!
En este sábado de febrero, día del Rosario bloguero, yo te pido:
Que nunca yo me angustie, ni tenga duda; que con gusto siempre ponga por obra tu aliento, que de ninguna manera lo deje de hacer jamás, ni estime por molesto el camino, ni reniegue por muy duro que sea, Reina de mi corazón, incluso de este importuno chaparrón. Amén.
alberga este cuerpo algo vencido.
Naufragio a duras penas, asumido
en la mitad de mi vida, acontecido.
Lluvia que hoy me aletarga
me hacer sentir enfermo postergado,
con la tentación de las
esperanzas fatigadas.
Pero sé que no hay dolor imperturbable
que esta lluvia anegue.
Lo que hay que aprender revela,
en humilde reciedumbre,
que sobre toda incertidumbre
se recuerda que es Dios el que ordena.
Madre mía querida, ¡dueña mía, Señora mía, mi Virgencita!
En este sábado de febrero, día del Rosario bloguero, yo te pido:
Que nunca yo me angustie, ni tenga duda; que con gusto siempre ponga por obra tu aliento, que de ninguna manera lo deje de hacer jamás, ni estime por molesto el camino, ni reniegue por muy duro que sea, Reina de mi corazón, incluso de este importuno chaparrón. Amén.
1 comentario:
Gracias, Hoja.
Besiños de martes, querida Capitana.
Publicar un comentario