martes, 2 de mayo de 2017

MARTES CON ARCENDO

Viernes, 25 de mayo de 2012

CAMINAR, ¿CON ELLA?: ¡A CIEGAS!




Queriendo estar alejados de copas, pitos y polémicas, hoy viernes vamos buscando otros argumentos que nos inciten a buscar los sosiegos del alma.
 
Estamos ya rozando el último sábado del mes de Mayo, y es de ley que este fin de semana intensifiquemos el trato con Nuestra Madre, por eso este post quisiera dedicarlo a Ella. Hoy me mueve una de esas sencillas canciones que, afortunadamente muy a menudo se oyen en nuestros templos: “Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás. Contigo por el camino Santa María va”, porque además de ser una preciosidad, encierra grandes verdades.
 
En nuestro deambular por la vida, siempre contamos con la presencia amorosa de Nuestra Madre, el Señor así lo quiso. El Cristo desde el mismo trono de la Cruz, manifestó su deseo -urbi et orbe- y nos regaló la maternidad de su propia madre... , desde entonces María, recorre con nosotros el camino, y nos cuida sin descanso. «He ahí a tu Madre»., María es el horizonte de nuestro recorrido, el que la mira, el que la sigue..., está en el camino.., porque Ella siempre busca el encuentro con su HIJO.
Juan Pablo II decía: «Cristo es el Maestro por excelencia, el revelador y la revelación.
 
No se trata sólo de comprender las cosas que Él ha enseñado, sino de “comprenderle a Él”. Pero en esto, ¿qué maestra más experta que María? Si en el ámbito divino el Espíritu es el Maestro interior que nos lleva a la plena verdad de Cristo; entre las criaturas nadie mejor que Ella conoce a Cristo, nadie como su Madre puede introducirnos en un conocimiento profundo de su misterio» Así... el amor a María se convierte en un verdadero camino espiritual, un camino de crecimiento: crecemos en nuestro amor a Jesucristo.
 
 
Me da pena que, algunos no sientan la labor continua que la mano maternal de María realiza cada día en sus vidas. Estos son los mismos -entre ellos lamentablemente muchos cristianos- que no comprenden que el amor que le profesamos no es un simple acto de piedad, ni una mera devoción. Es algo más profundo, intenso... mucho más rico.
Y esto es así, solo por la intima relación que existe entre la Madre y el Hijo. Unión tan honda como misteriosa. Como ocurre con todo misterio, nuestras palabras y categorías se quedan cortas. María es Nuestra Madre -la de TODOS los hombres- y también es la Madre del Creador del Universo.
 
María es la premisa de nuestra Esperanza. María es la razón de nuestra alegría. Esa es la explicación de toda nuestra devoción, la más fácil de sentir y quizás -para algunos- la más difícil de asumir... En el camino de nuestra vida cristiana, hay una persona que siempre está ahí. Andando a nuestro lado, a pesar de que muchas veces no la notemos. Su presencia es constante y silenciosa, y a la vez, sumamente activa, dinámica y efectiva. Se trata de Nuestra querida María, nuestra Madre, a la que hoy queremos seguir incondicionalmente...
 
Hoy en esta HOJA, No queremos perder su paso..., queremos que ELLA nos indique el camino y nos marque los ritmos, queremos coger su mano... y cerrar los ojos. Solo eso.

2 comentarios:

Rosa dijo...

Solo eso.

Besiños de martes.
Muchos.

Rosa dijo...

Jajaja, me confundí de entrada.

Querida amiga: ¡¡¡Feliz día de la Madre!!!

Muchísimos besiños, madre ejemplar.

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